¿Para
qué sirven las artes y las humanidades? ¿Para qué sirve la pintura, la danza,
la música, la literatura? Es algo que todo el mundo nos pregunta y que, en ocasiones,
hasta nosotros mismos nos cuestionamos. ¿Tiene valor práctico acaso saber
distinguir entre un Monet y un Manet o rastrear en las grandes obras de la
literatura universal los temas que han preocupado durante siglos al ser humano?
Quizás no contribuya al progreso, como las ciencias, ni a impulsar el motor
económico mundial. Mas, ¿por qué todo en la vida debe girar en torno a la
practicidad?
“Eléctrica
la luz, la voz y el viento, y eléctrica la vida”, dijo en uno de sus poemas
Miguel Hernández. Este escritor autodidacta que cantó a la naturaleza, a la paz
y a la vida retirada representa perfectamente lo que es ser humanista o
artista. No queremos ser bullicio, agobio ni engranaje de una sociedad
decadente. Queremos ser alma, vida, existencia y eternidad. Queremos que, en
nuestro efímero transitar por el mundo, nuestro fruto como seres humanos quede
grabado. “Caminante no hay camino, sino estelas en la mar”.
Pero
¿qué es el arte realmente? ¿A qué aspiran estos futuros grandes artistas?
Marcel Duchamp, un dadaísta que presentó un urinario como una auténtica obra de
arte, dijo que la concepción de arte reside únicamente en el espectador. Y no
le faltaba razón. Cualquiera que admire Las
meninas de Velázquez, le guste o no, sabe que es uno de los mejores cuadros
de la historia. Pero ¿por qué? ¿Quizás por la armonía? ¿Por el efecto de
espejos? ¿Tal vez gracias a los colores y tonos empleados? No tiene por qué,
pues muchas otras pinturas prescinden de las técnicas propias de este autor.
Entonces ¿cuál es la esencia del arte? El arte, en definitiva, es comunicación,
y no solo a través del lenguaje verbal. Dicen que una imagen vale más que mil
palabras y eso lo sabe tanto el artista que expresa lo que siente como el
espectador que se siente identificado, suspira y disfruta del fruto del hombre.
¿Y qué
decir de la literatura? Sobre su definición se han vertido ríos de tinta a lo
largo de los siglos. Incluso autores contemporáneos, como el recién fallecido
maestro Gabriel García Márquez, se han atrevido a ponerle definición a un
término tan abstracto como este. Por ello, queremos recordar que Gabo, en la
entrega del Nobel de Literatura, dedicó parte de su emotivo discurso a la
poesía: “trato de dejar en cada palabra el testimonio de mi devoción por sus
virtudes de adivinación, y por su permanente victoria contra los sordos poderes
de la muerte”, dijo. Y concluyó, añadiendo: “es por eso que invito a todos
ustedes a brindar por lo que un gran poeta de nuestras Américas, Luis Cardoza y
Aragón, ha definido como la única prueba concreta de la existencia del hombre:
la poesía”. Y hoy, desde aquí, os invitamos a todos vosotros también a brindar
por la poesía, “un arma cargada de futuro” como apuntó, por otro lado, Gabriel
Celaya. Y no únicamente por eso. Brindemos, no solo por nosotros, los recién
graduados, sino por las emociones, por la humanidad, por la literatura
contenida en nuestras almas: por todos vosotros.
No
podemos concluir, por supuesto, sin dar las gracias a aquellos que han hecho de
esta experiencia transitoria como es el instituto un estilo de vida. Y no solo
hay que dar gracias a nuestros padres y a estos estupendos compañeros y amigos.
Gracias a Avelina, Amparo, Óscar, Rosa, Magdalena, Paco, Lola, Anabella, Belén,
Loli, Marian, Elena, Piqueras, Fernando, Ana Belén y Mónica; gracias a todos
ellos por vivir por y para las humanidades y las artes, por vivir por y para el
ser humano.
¿Para
qué sirven las artes y las humanidades?, decíamos al principio. Sabemos que, en
un futuro, no lograremos curar una enfermedad mortal, ni sacar a la venta un
invento que nos facilite la vida. Claro que lo sabemos. No obstante, nos
consuela saber que aún tenemos un papel fundamental en la sociedad, pues con el
arte, nuestro arte, hacemos de este absurdo y cruel mundo un lugar en el que al
menos merece la pena vivir.
Discurso de graduación 2º Bachillerato Humanidades y Artes. Promoción 2013-2014
Gracias por vuestras palabras: condensan en un fragmento del tiempo uno de los más hermosos recuerdos vividos hasta ahora en 28 años de profesión. Belén aún llora cuando os recuerda y yo... Bueno, no lloro porque soy de otra piedra; pero qué difícil es la emoción de decir adiós a gente como vosotros. Ya os añoramos. El aula 212 tendrá un recuerdo vuestro a partir de septiembre: este discurso enmarcado y dibujado. Suerte, nuestros días idénticos a nubes...
ResponderEliminarGracias a vosotras por haber sido el germen que ha desencadenado en nosotros estos pensamientos. Nosotros también os echaremos de menos, pues, aunque nos cubramos de capas como si fuéramos cebollas, jamás olvidaremos nuestros orígenes.
EliminarA título personal millones de gracias por haber hecho de mi obligación una auténtica pasión. A partir de hoy me rindo a los pies de la literatura y el arte, y eso, en gran medida, es debido a vosotros. Hasta muy pronto.