Madurar es experiencia. Por eso dicen que los más sabios, los mayores prudentes son nuestros queridos ancianos. La vejez es una etapa maravillosa aunque muchos piensen los contrario. Creo que irse consumiendo lentamente mientras tu infinita sabiduría aumenta, es fascinante.
No sé cómo será mi futuro, qué camino me dirigirá al final de mi vida pero espero poder sentarme en un amplio sillón, al lado de una incandescente chimenea y rodeado por mis nietos que escucharán, atentos, mis historias. Suena muy fantástico, semejante a una película, pero ojalá se cumpla.
"Cuando era joven...", comenzaría, haciendo énfasis en la palabra joven como si estuviera tan fuera de mi alcance que ni siquiera pudiera rozarla con mis arrugados dedos.
Podría contar muchas cosas sobre mi vida, toda la gente que entró en mi vida y se fue y en qué me fallaron, cuándo el amor me sorprendió con una efímera felicidad y cuándo dejó de hacerlo mostrando su crueldad. Podría hablar sobre los amigos que se olvidaron de mí o sobre aquellos que se borraron de mi memoria. Podría hablar sobre los instantes de sufrimiento, aunque tal vez no lo haría, ya que los momentos felices, los mágicos, los eclipsan parcialmente. Podría contar muchas cosas, algunas sin importancia. O podría pronunciar palabras que no signifiquen nada.
Podría recordar. A gente, por ejemplo. Lo que sí que estoy seguro es que no recordaría a las personas que diariamente veía, a las que aborrecía. Aquellas con las que no conectaba, que no significaban nada y de las cuales no confiaba. Aquellas con las que los momentos incómodos abundaban. Sólo recordaría a las personas que me hicieron sentir algo, las que están lejos. Mucha gente, por supuesto, aunque de las cuales ya todas estarían muertas, al menos para mí. La distancia es traicionera y nos pone a prueba. Pero cuando realmente dichas personas superan ese difícil reto, son las que realmente valen la pena, las que te demuestran que son las correctas.
Esas personas a las que quieres con toda tu fuerza aunque no puedas demostrarle tu amor diariamente serán las protagonistas de tus batallitas. Y te lo asegura un carcamal que, aunque joven, sabe mucho de la vida.
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