Dos años de reinvención

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jueves, 11 de julio de 2013

De una primera imagen a un enamoramiento absoluto

El enamoramiento es un proceso largo y complejo. De él dependen multitud de factores: el físico, el modelo idealizado de persona, el carácter y personalidad, la popularidad y el dinero, entre otros.

Uno no se enamora de la noche a la mañana. Sin embargo, la primera impresión es esencial, en la que entra en juego el físico. Por lo tanto, el amor a primera vista sí que existe, pero claramente se trata de algo muy superficial. Así se completa la primera fase del enamoramiento: el famoso flechazo provoca un gran interés en conocer más a fondo a la que podrá ser la futura pareja.

Todos tenemos un modelo de persona, esa idealización que roza la perfección. En este primer periodo, si  somos una chica guapa, alta, sexy y simpática con el que todo hombre sueña, o ese hombre musculado, robusto, atractivo y divertido que vuelve locas a las mujeres; tendremos mucha ventaja con respecto a los demás pretendientes. En pocas palabras, el flechazo tiene lugar cuando encontramos a ese modelo sin defectos que andábamos durante mucho tiempo buscando.

Sin embargo, el enamoramiento sólo acaba de empezar. Ahora debemos conocer a esa persona de la que nos hemos interesado. Aquí entra en escena el componente más delicado de todos: el carácter. A primera vista, todo parece maravilloso, pero cuando empezamos a conocer en profundidad al elegido y podemos admirar desde un punto más objetivo sus virtudes y defectos, todo cambia. Tal vez nos cause una completa decepción. Es posible que ese chico o chica no sea tan perfecto como las primeras impresiones nos mostraron o, sencillamente, hayamos encontrado una serie de cualidades que detestamos. En este paso es cuando se debe tomar una crucial decisión: aceptar todo ese cocktail de virtudes y defectos y continuar con el proceso, o desenamorarnos.

Paralelamente, plantearemos a continuación un nuevo interrogante: ¿Por qué ciertas personas que no poseen un físico sublime ni un carácter envidiable tienen mayor éxito entre hombres o mujeres que, por ejemplo, alguien más atractivo y encantador? Simplemente se debe a la fama, a la popularidad. ¿Cuánta gente se enamora de un Don Nadie? Únicamente otro Don Nadie como él. Sin embargo, aquellos que se encuentran en la cima del status social disponen de multitud de pretendientes. Vivimos en una sociedad donde buscamos ascender de rango social, creernos importantes y superiores al resto; sentirnos, ilusos, como un Dios.

Como no, también hay que añadir nuestro absurdo materialismo. Buscamos el dinero como ratones que huelen un suculento pedazo de queso. Eso explicaría por qué gran cantidad de empresarios ancianos y pervertidos, además de poseer millones, disfrutan de la compañía de bellísimas modelos o actrices. No obstante, esto ni siquiera se podría considerar enamoramiento. Este caso sólo puede recibir el nombre de prostitución. Esa preciosidad es, para él, una posesión más, tal como un chalet en la playa o una isla paradisíaca.

Concluyendo, el enamoramiento no es nada más que una simple razón matemática: aspecto / personalidad. La primera imagen es imprescindible: ser deseable, popular o adinerado. Sin embargo, la fase determinante del enamoramiento es el descubrimiento de la personalidad de ese chico o chica, que dará lugar a un enamoramiento mayor o a un desinterés absoluto. Una vez enamorados, sentimos esa seguridad, ese afecto que no compartimos con otra persona. Cuando estamos completamente enamorados, nos damos cuenta de lo que esa persona realmente representa y significa para nosotros.

Escrito en mayo de 2011


2 comentarios:

  1. No se por qué, pero llevaba ya bastante tiempo esperando una entrada de este tema. Me ha dejado un poco parado que al final se haya reducido todo ese follón del enamoramiento a una simple división que comprueba si una cosa compensa la otra, ya que en realidad sí es de tal forma, sólo que expresado de ese modo parece mucho más superficial y reducido de lo que en realidad es.
    No tengo nada que alegar respecto al texto restante, todo es cierto, por suerte o por desgracia. Los seres humanos estamos programados para agruparnos por ser iguales, aunque paradójicamente también se dice que en una pareja, los componentes se complementan entre sí.
    Por último, ésta entrada me recuerda vagamente a alguna de las mías en las que haya podido tratar un tema del mismo modo o muy similar. Tal vez muchos temas de los que hablas ya son populares, pero éste en particular es de los más conocidos y generalizados que hay. No es por restar méritos, simplemente tenía que decirlo.

    PD: creo que ya hacía tiempo que no me pasaba por aquí a dejar mi marca especial de visita. Echo un poco de menos las polémicas :P

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    1. Esto no es nada más que una redacción que escribí para DonVic en Lengua. Es del año pasado pero, a pesar del tiempo, mi punto de vista no ha cambiado porque trato el tema desde una objetividad que se mantendrá siempre eterna. No es mi mejor entrada, lo sé, ni siquiera es mi estilo; incluso podría decir que es de las peores, pero era algo que me veía obligado a publicar. Gracias por el comentario.

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