El enamoramiento es un proceso largo y
complejo. De él dependen multitud de factores: el físico, el modelo idealizado
de persona, el carácter y personalidad, la popularidad y el dinero, entre
otros.
Uno no se enamora de la noche a la mañana.
Sin embargo, la primera impresión es esencial, en la que entra en juego el físico.
Por lo tanto, el amor a primera vista sí que existe, pero claramente se trata
de algo muy superficial. Así se completa la primera fase del enamoramiento: el
famoso flechazo provoca un gran interés en conocer más a fondo a la que podrá ser la futura pareja.
Todos tenemos un modelo de persona, esa
idealización que roza la perfección. En este primer periodo, si somos una chica
guapa, alta, sexy y simpática con el que todo hombre sueña, o ese hombre
musculado, robusto, atractivo y divertido que vuelve locas a las mujeres;
tendremos mucha ventaja con respecto a los demás pretendientes. En pocas palabras, el flechazo tiene lugar cuando encontramos a ese modelo sin defectos que andábamos durante
mucho tiempo buscando.
Sin embargo, el enamoramiento sólo acaba
de empezar. Ahora debemos conocer a esa persona de la que nos hemos interesado. Aquí
entra en escena el componente más delicado de todos: el carácter. A primera vista, todo
parece maravilloso, pero cuando empezamos a conocer en profundidad al elegido y podemos admirar desde un punto más objetivo sus virtudes y defectos, todo cambia.
Tal vez nos cause una completa decepción. Es posible que ese chico o chica no sea tan perfecto como las primeras impresiones nos mostraron o, sencillamente, hayamos encontrado
una serie de cualidades que detestamos. En este paso es cuando se debe tomar una
crucial decisión: aceptar todo ese cocktail de virtudes y defectos y continuar con el proceso, o desenamorarnos.
Paralelamente, plantearemos a continuación un nuevo
interrogante: ¿Por qué ciertas personas que no poseen un físico sublime ni un
carácter envidiable tienen mayor éxito entre hombres o mujeres que, por
ejemplo, alguien más atractivo y encantador? Simplemente se debe a la fama, a la popularidad. ¿Cuánta gente se enamora de un Don Nadie? Únicamente otro Don
Nadie como él. Sin embargo, aquellos que se encuentran en la cima del status social disponen de multitud de pretendientes. Vivimos en una sociedad donde buscamos ascender de rango
social, creernos importantes y superiores al resto; sentirnos, ilusos, como un
Dios.
Como no, también hay que añadir nuestro absurdo materialismo. Buscamos el dinero como ratones que huelen un suculento
pedazo de queso. Eso explicaría por qué gran cantidad de empresarios ancianos y
pervertidos, además de poseer millones, disfrutan de la compañía de bellísimas
modelos o actrices. No obstante, esto ni siquiera se podría considerar enamoramiento.
Este caso sólo puede recibir el nombre de prostitución. Esa preciosidad es, para él, una
posesión más, tal como un chalet en la playa o una isla paradisíaca.
Concluyendo, el enamoramiento no es nada
más que una simple razón matemática: aspecto / personalidad. La primera imagen es imprescindible: ser deseable,
popular o adinerado. Sin embargo, la fase determinante del enamoramiento es el
descubrimiento de la personalidad de ese chico o chica, que dará lugar a un
enamoramiento mayor o a un desinterés absoluto. Una vez enamorados, sentimos esa
seguridad, ese afecto que no compartimos con otra persona. Cuando estamos completamente
enamorados, nos damos cuenta de lo que esa persona realmente representa y
significa para nosotros.
Escrito en mayo de 2011
No se por qué, pero llevaba ya bastante tiempo esperando una entrada de este tema. Me ha dejado un poco parado que al final se haya reducido todo ese follón del enamoramiento a una simple división que comprueba si una cosa compensa la otra, ya que en realidad sí es de tal forma, sólo que expresado de ese modo parece mucho más superficial y reducido de lo que en realidad es.
ResponderEliminarNo tengo nada que alegar respecto al texto restante, todo es cierto, por suerte o por desgracia. Los seres humanos estamos programados para agruparnos por ser iguales, aunque paradójicamente también se dice que en una pareja, los componentes se complementan entre sí.
Por último, ésta entrada me recuerda vagamente a alguna de las mías en las que haya podido tratar un tema del mismo modo o muy similar. Tal vez muchos temas de los que hablas ya son populares, pero éste en particular es de los más conocidos y generalizados que hay. No es por restar méritos, simplemente tenía que decirlo.
PD: creo que ya hacía tiempo que no me pasaba por aquí a dejar mi marca especial de visita. Echo un poco de menos las polémicas :P
Esto no es nada más que una redacción que escribí para DonVic en Lengua. Es del año pasado pero, a pesar del tiempo, mi punto de vista no ha cambiado porque trato el tema desde una objetividad que se mantendrá siempre eterna. No es mi mejor entrada, lo sé, ni siquiera es mi estilo; incluso podría decir que es de las peores, pero era algo que me veía obligado a publicar. Gracias por el comentario.
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