Lija y terciopelo

Todavía me pregunto si los polos opuestos se atraen. Típica expresión. Sin embargo, si que es verdad que nuestra pareja nos tiene que complementar, formar esa media mitad que un día perdimos. Tú eres tímida, yo extrovertido; yo soy indeciso, tú confías en ti misma; tú das una importancia a las relaciones amorosas que yo ni siquiera consigo entender.

Sin embargo, en el fondo, todos somos iguales. Compartimos una gran parte. Quizás nuestros gustos musicales y cinéfilos no sean los mismos, tal vez nuestra posición ante los problemas sean antónimas; no obstante, espiritualmente, somos semejantes. Los dos tenemos sentimientos, manías, odios y preferencias: los dos somos humanos.

Finalmente, el cielo y el suelo se unen en el horizonte, las putadas y el amor en un dilema cotidiano, la pereza y el desvelo en las noches embriagadoras de recuerdos. Así somos tú y yo, de tacto distinto pero, al fin y al cabo, palpables. Así somos tú y yo, lija y terciopelo.