Dos años de reinvención

Dos años de reinvención
Aquel 28 de mayo de 2012 todo empezó... Haz click y descubre las entradas especiales por el segundo aniversario del blog.

lunes, 8 de octubre de 2012

Cigarettes in the theatre

Tenía una enfermedad gravísima. Sabía muy bien que aquella era su última noche en la faz de la Tierra, una noche que el mundo recordaría como otra cualquiera. Sabía muy bien que, cuando saliera de aquel teatro, nadie se daría cuenta de su presencia ni de su ausencia en él.

Obras, grandiosas piezas teatrales había compuesto por y para aquel lugar. Actores que habían encarnado los personajes surgidos a raíz de su imaginación. Personajes que ni siquiera saben quién es su padre, su creador. Tal hombre que se despedía para no volver a ese lugar ni a ningún otro, era un magnífico dramaturgo.

Suspiró mientras que, con un leve movimiento de muñeca encendía una incandescente cerilla que alumbraba una soledad inmensa la cual abarcaba incluso el interior de su persona. Con la mano que le quedaba libre, sacó un cigarrillo, se lo colocó en la comisura de los labios, y acercó la cerilla. La colilla comenzó a arder. Ojalá fuera yo la llama que avivara de nuevo, susurró con cierta nostalgia.

Nostalgia futura. Melancolía hacía una vida que avistaba como algo que no podía controlar. Es paradójico, pensó, este mundo ha significado mucho mí y, en cambio, yo nada he significado para el mundo.

Sí, tal vez los estudiantes de generaciones cercanas le recordaran como aquel literato que existió años atrás y que les está amargando la existencia a través de interminables comentarios de texto o nombres de obras con títulos muy abstractos y dispares. Era su sueño: pasar como un escritor de los grandes. Sin embargo, también quería pasar a la posteridad como persona, una ilusión que, a su parecer, no iba a hacerse realidad.

Se sentó en una butaca a fumar tranquilamente el cigarro. Había vencido al cáncer que lo llevaría a la tumba. Por uno más no fallecería antes. Al fin y al cabo no le quedaba nada más que hacer, únicamente admirar aquellas paredes que habían sido espectadoras de su efímero éxito.

Abandonó aquel lugar antes de enfrentarse a la muerte, cara a cara. Estaba absolutamente convencido de que nadie sabría nunca de su presencia en aquel teatro esa última noche. Sabía que ninguna señal podría justificar su existencia.

No obstante, no cayó en la cuenta de un ínfimo detalle. La colilla, todavía desprendiendo humo, se situaba en medio de una roja alfombra resplandeciente e impoluta.

Cualquiera juraría que no había estado allí si no hubiera sido por aquel cigarro.
(If I hadn't been there, if not for a cigarette)



No hay comentarios:

Publicar un comentario