Me rebasa, todo me rebasa. Me rebasa esta eterna discusión, me rebasa tanta duda, me rebasa su actitud. Me rebasa la incertidumbre de saber si encamino a mi vida por el arroyo por donde quiero ir.
Me rebasa que siempre se le eche la culpa a lo mismo, a lo más indefenso. Para el torero es muy fácil decir que está en el hospital debido a una cornada por culpa del toro pero, tal vez, sino hubiera provocado al pobre animal con su roja capota, no le hubiera atacado.
Me rebasa que tú mismo busques razones y culpables en un caso detectivesco que carece de sospechosos y pistas. Me rebasa que digas que he cambiado, aunque yo mismo sepa que es verdad, porque la experiencia y la evolución me ha dado el don de crecer como persona. Me rebasa que, sin conocer lo que realmente me ocurre, busques la excusa más fácil.
Me rebasa que vanamente busques mi placer culpable.
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