Filosofía, religión o ciencia. Tiene usted unos segundos para elegir una de estas tres opciones. ¿Por qué existe tanta rivalidad? Cada una de ellas es necesaria, no existiría la una sin la otra. ¿Acaso cabe imaginar un mundo solamente compuesto de números que no puedan alcanzar la explicación de las entrañas del ser? ¿De veras podemos vivir en un mundo de ideas filosóficas suspendidas en las nubes y las cuales no puedan ser traídas a la tierra en forma de datos demostrables? ¿Es demasiado retorcido afirmar que no necesitamos ni la fe ni las creencias?
Filosofía y ciencia antes se encontraban fundidas en una sola disciplina. Tras la separación del mito y el logos, en la Antigua Grecia podíamos encontrar filósofos con conocimientos científicos de la talla de Aristóteles (su Metafísica es un claro ejemplo de obra científica). Para Aristóteles, existía una sinonimia entre la Filosofía y la Ciencia, puesto que cada una explicaba aspectos de la realidad que a la otra se le escapaban. Es allá, en el Renacimiento, cuando ambas se separan y comienza una eterna rivalidad que perdura hasta nuestros días.
La Filosofía tiene fama de estar compuesta por teorías sin fundamentos, basadas en los diferentes puntos de vista de cada autor o ser pensante, y que no aporta conocimientos concretos ni tangibles. No obstante, nos creemos todo lo que la Ciencia proclame. Observar como en una crema solar viene inscrito "científicamente testado" nos proporciona una absoluta confianza. Si científicos han comprobado que esto es bueno para mi piel, tiene que ser completamente cierto. Es ahora cuando se abre un debate, ¿hasta qué punto es fiable la labor de la Ciencia? Ha curado enfermedades, pero también ha destruido vidas de forma masiva. Y no sólo eso, a pesar de que la Ciencia suele estar respaldada por datos y estadísticas, también se basa en suposiciones. La teoría del Big Bang y los planetesimales es uno de los muchos conjuntos de leyes que han sido impuestos como reales, a pesar de no poseer las suficientes pruebas. De acuerdo, se supone que el tiempo es el resultado del eco de la gran explosión. Insisto: se supone. Actualmente no se aportan datos tangibles que demuestren que aquello ocurrió según el patrón de unos científicos.
Por otro lado, la Teología y la Filosofía también mantienen una disputa. Un conflicto para responder al verdadero sentido de la vida. Una absurdez de proporciones inmensas. ¿Qué es la Filosofía sino un conjunto de creencias? ¿Qué es la Teología sino una ramificación de las teorías filosóficas? Mientras una se dedica a orientar la vida hacia un Dios (incluso a demostrar su existencia, tal como intentó Tomas de Aquino), la otra reflexiona acerca del tiempo, la muerte y el objetivo vital desde una perspectiva laica. No obstante, esta es otra lucha sin sentido, puesto que se muestran dos realidades, ambas válidas, entre las cuales los humanos tienen que elegir para encaminar su vida: vivir para un Dios que nos premiará o nos castigará; o vivir para nosotros mismos sin esperar nada del mañana, sirviéndonos de la recompensa de nuestras propias acciones (el hombre recto que denomina Kant).
En conclusión, se nos plantea una cuestión de difícil respuesta. ¿Quién dice la verdad? ¿Filosofía, religión o ciencia? Aunque parezca increíble, todas ellas expresan la verdad. Parece técnicamente imposible, pero muy coherente desde un punto de vista global. Finalmente, cada una tiene su propio concepto de verdad, término complicado de precisar. La Filosofía defiende el veritas latino: es verdadero si la proposición a través del lenguaje del individuo corresponde con la realidad. En cambio, para el Cristianismo, únicamente existe la verdad eterna, la verdad que envuelve a Dios. Y, por último, la Ciencia considera verdad los hechos que sean demostrables mediante la experimentación.
¿Filosofía, religión o ciencia? Tiene usted unos segundos para elegir una de las tres opciones. O quizás, usted prefiera ser más crítico, tolerante y objetivo y decida reconocer, de una vez por todas, que nuestro día a día lo compone lo intangible y reflexivo, lo sacro, y lo demostrable. Filosofía, religión y ciencia, todas indispensables.
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