No soy mucho más que eso, un pequeño individuo pensante. Mis historias para no dormir surgieron a raíz de la nada, de mis pesadillas y deseos más internos. Grande es Kant, al que se debe el nombre del blog; yo sólo soy uno más de los tantos que intentaron entender y no pudieron.
Este blog se concibió como una terapia personal. ¡Tanto ocurre a tu alrededor! ¡Tantas absurdas ideas arden en nuestra conciencia! Debía curarme aquel daño interno y, aprovechando la ocasión, intentar hacer reflexionar a un colectivo.
Sin embargo, nunca creí que llegaría a las más de quinientas visitas y en un tiempo relativamente corto, ya que pocas personas conocen este espacio en la red. Ojalá algún día tenga el valor de dar a la luz, a un masivo público, mis pensamientos más personales sobre una vida que se nos escapa y un mundo que jamás lograremos comprender.
Ahora ojeo todas aquellas entradas de hace meses y pienso. Paulatinamente, voy evolucionando. Mis primeras entradas eran más generales y asequibles, las últimas con una gran carga sentimental y crítica. Al principio, historias que daban lugar a una reflexión; ahora, ensayos a cual más dispar e íntimo. No sé si estará mejor o peor, lo único que quiero es no perder nunca mi esencia. Como dice una canción del grupo rock Marea: No quiero ser más que el esqueleto de lo que he sido.
Resumiendo, todavía quedan muchos temas que tratar: límites del ser humano, ¿tal vez de nuevo la muerte?, los abrazos y caricias, errores humanos cada vez más graves, o simplemente, nuestra vida en general. Tranquilos, aún queda imperativo categórico para rato. Para concluir y haciendo honor a Kant añado que yo no enseño filosofía, sino que invito a filosofar.
Genial, no desfallezcas. Los blogs son una carrera de resistencias y obstáculos.
ResponderEliminarGracias. Estos comentarios para un principiante significan mucho. Siempre es un honor que reconozcan tu labor por ínfima que sea.
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