Euros, dólares, libras, pesos, reales. Dinero, pasta, pavos, guita,... Llamadlo como os plazca. El nombre no importa, solo es esencial saber que estamos sedientos de él. Queremos monedas, billetes también, a poder ser de color violeta. Excepto en estas fechas navideñas, durante las cuales decimos que lo que importa realmente es el amor, la familia y la paz. No sé si lo diremos de verdad o no, pero el marisco consumido no se paga con buenas acciones al prójimo.
Estoy harto de escuchar "El dinero no da la felicidad". Sí, hay ciertos aspectos que no se pueden comprar con dinero: tu primer beso, el amor hacia una madre, un círculo de verdaderos amigos. Sin embargo, no quiero parecer el típico anuncio de Mastercard porque, por mucho que digamos, tener calderilla a mano sí es necesario.
A pesar de repetir una y otra vez que, en momentos de flaqueza, la riqueza pasa a un segundo plano; ahora mismo España necesita una inyección de poder adquisitivo: en nuestro país residen millones de parados. En resumidas cuentas, no queremos estar desempleados para tener trabajo, queremos tener trabajo para conseguir dinero, deseamos conseguir dinero para pagar nuestras obligaciones y cubrirnos de caprichos, ansiamos tener más caprichos inútiles que nadie para poseer mayor poder. ¿Dónde residen los valores que intentamos transmitir a nuestros infantes? Somos un tanto hipócritas, pues.
Seríamos ilusos si afirmáramos que los billetes no proporcionan bienestar. Tal vez no puedan curar enfermedades, pero en muchos países (repetitivo ejemplo el de Estados Unidos) tu poder adquisitivo te puede salvar de la muerte. ¿Acaso si somos más pobres nos convertimos en algo menos valioso para la humanidad?
Centrándonos de nuevo en España, podemos observar como nuestro gobierno quiere emular a los Estados Unidos. Seamos objetivos, EE.UU. es la mayor potencia mundial (muy seguida de la creciente China) y posee muchos rasgos positivos como cualquier otra nación, pero también otros aspectos pésimos. ¿Por qué Rajoy y sus secuaces se empeñan en importar las actitudes negativas de los americanos? Privatización es el vocablo más repetido estos últimos meses. Educación, sanidad, redes ferroviarias sufren este fenómeno.
¿Y qué nos augura el futuro? Oscuridad para los no poseedores de piscina privada, por lo que se ve. Es sorprendente observar como en una sociedad que impuso tras un interminable Antiguo Régimen una jerarquía basada en el esfuerzo y el trabajo, se ve corrompida por sus propios ideales. Pon empeño en lo que haces que, si no está recubierto de oro, tienes nulas posibilidades.
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